Ya nadie duda en afirmar que es una relación laboral de lo más exitosa. Y es que desde hace una década, la intención del actor Misión: Imposible - Sentencia Mortal (Parte Uno). Y como era de esperar: se han superado. El primer día de rodaje Cruise saltó al vacío desde una rampa construida al efecto en la ladera de la montaña Helsetkopen de Noruega montado en moto: una pared rocosa situada a unos 1.200 metros sobre el nivel del mar. “Cada vez que saltaba por la rampa, me estaba exponiendo al peligro. Me estaba jugando la vida. Y queríamos reducirlo al mínimo” afirmó el intérprete tras la peligrosa acrobacia.

Han pasado ya casi 30 años desde que Cruise se pusiese a las órdenes de Mission: Imposible - Fallout de 2018, parecía casi imposible que el tándem Cruise y McQuarrie se superaran a sí mismos. Pero lo han conseguido: ya que la acción de esta secuela está a otro nivel. Estamos ante un espectáculo adrenalínico que mantiene muy alto el listón de la saga.

Decir que las acrobacias y secuencias que vemos en la gran pantalla son muy buenas sería mentir. Esta entrega es literalmente asombrosa. Es difícil saber si quedarse boquiabierto o taparse los ojos mientras vemos cómo Cruise salta con su moto por la montaña o conduce esposado a la nueva coprotagonista femenina por las calles de Roma. Sólo el protagonista de la saga intentaría cosas tan peligrosas para el entretenimiento del espectador, y es difícil no sentirse impresionado por la temeridad y valentía de sus peripecias delante de la pantalla. Aunque también hay que decir algunos de los momentos más emotivos de la saga: McQuarrie entiende sabiamente el valor de reducir la tensión para dar al público un respiro y así poder volver a subirla con más eficacia.
La única acrobacia que Tom Cruise rechazó hacer en 'Misión: Imposible 7': no le importa morir, pero por ahí no pasaComo viene siendo habitual en esta franquicia, Misión: Imposible - Sentencia Mortal (Parte Uno) ofrece caras nuevas y trae de vuelta a algunas conocidas. Guardianes de la galaxia: Volumen 3) como nuevas -y magníficas- incorporaciones.

El tándem Cruise-McQuarrie ofrece un producto formidable, que contiene algunas escenas dignas del salón de la fama del cine de acción, al tiempo que se las arreglan para vincular la trama a la mitología central de la saga. Además, da la sensación de que el director y su coguionista Esai Morales). Un tema que no podría estar más de rabiosa actualidad, otro punto a favor para esta secuela. El clímax final ofrece al público un cierre suficiente como para valerse por sí misma, pero también una potente razón de peso para esperar que la última entrega sea una maravilla.

Misión: Imposible - Sentencia Mortal (Parte Uno) parece un intento de salvar el estilo ‘hollywoodiense’ de gran superproducción devolviéndola a sus principios, en un momento en que el género está sumido en una crisis. Un filme que iguala -incluso supera en ocasiones- en acción a las anteriores entregas, pero a su vez está ejecutada de manera brillante y es sorprendentemente clásica en su planteamiento.
En un panorama cinematográfico en el que casi todas las demás grandes franquicias, desde Marvel hasta Avatar, han adoptado el aspecto de cine de animación que les otorga sus grandes cantidades de CGI, Misión: Imposible parece la más auténtica: gran parte de lo que vemos en pantalla ha sido capturado por cámara, y eso marca la diferencia. El día que Cruise decida dejar definitivamente el papel de Ethan Hunt, los fans del cine de acción lo echaremos de menos (y mucho).