Aunque parezca increíble, lo cierto es que las tres series de acción real, las cinco películas, las dos series de dibujos animados, el musical y los siete videojuegos basados en La Familia Addams realmente tienen su origen en una tira cómica que duró entre 1938 y 1988 y tuvo un total de... 150 chistes. Y eso que los de la misma no tuvieron nombres hasta que en 1962 se lanzó una colección de muñecas y necesitaban poner nombre al menos a dos de ellas: Miércoles y Morticia. El resto es historia.

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Hay una versión de La Familia Addams para cada generación: unos disfrutaron de Raul Julia. Aunque tuvo muchos problemas durante su rodaje, costó solo 30 millones y acabó recaudando 191, convirtiéndose, ya de paso, en una obra de culto que tuvo incluso secuela dos años después, que hizo menos taquilla y acabó con la franquicia. En cines, al menos.
Aunque puede que no sean las películas más nostálgicas, su humor negro sigue siendo abrumadoramente delicioso, incluso en los detalles más insignificantes. Por ejemplo, cuando vemos la maleta de Tío Fétido y todos los lugares donde ha viajado, todos son conocidos o bien por ser peligrosos o bien por tener una historia terrible: El Valle de la Muerte, Alcatraz, El Agujero Negro de Calcuta, el Mar Muerto, el Triángulo de las Bermudas, Elba, Pompeya, Three Mile Island, Jonestown, La isla del diablo... Id pillando ideas para vuestras próximas vacaciones.

No es tan conocido que la película tuvo una tercera parte directa a vídeo, Tim Curry, y, aunque el director quería darle un tono oscuro, Saban (sí, la productora de Power Rangers) se metió por el medio, exigiendo que fuera un entretenimiento familiar. ¿El resultado? Un absoluto desastre en el que solo se salvaba Curry y que llevó a veinte años sin volver a ver a los Addams. ¿Quién nos iba a decir que en su interior estaba una de las series más famosas de la actualidad?