Los actores de Hollywood son esos seres etéreos que brillan en la gran pantalla y, a ojos de nosotros, simples mortales, parece que no tienen problemas terrenales. Por supuesto, no hay nada más lejos de la realidad y las estrellas de la industria cinematográfica sufren igual que nosotros -además, expuestos ante el ojo público-.
Por eso sorprende que 'celebrities' como Los ataques de ira de Mark Ruffalo y otras cosas de su vida que quizás no sabías
Le quedaba aproximadamente una semana de rodaje de Robert Redford cuando despertó de "este sueño loco, ya sabes, no se parecía a ningún otro sueño que había tenido antes".
Era como si dijera: 'Tienes un tumor cerebral'. Ni siquiera era una voz. Era simplemente un conocimiento puro: 'Tienes un tumor cerebral y tienes que tratarlo de inmediato'
No tenía ningún síntoma, pero se sintió tan mal que decidió ir a hacerse un chequeo médico. "La enfermera llama a la doctora, y podía oírlos hablando en la otra habitación, y ella simplemente entra, y es como un zombi", dijo Ruffalo, "y dice: 'Tiene una masa detrás de la oreja izquierda del tamaño de una pelota de golf, y no sabemos qué es. No podremos saberlo hasta que le hagan una biopsia".
Su esposa estaba a punto de dar a luz y el actor no pudo decírselo hasta que nació el bebé. "Cuando se lo conté a Sunny, al principio pensó que bromeaba. Y luego se echó a llorar y dijo: 'Siempre supe que ibas a morir joven".
Por suerte, el tumor resultó ser benigno, pero la cirugía tenía riesgos porque iban a tocar nervios sensibles. Salió de la operación completamente sordo del oído izquierdo y con la mitad de la cara paralizada. "Las probabilidades de que los nervios volviesen a su estado natural disminuían cada mes y el séptimo mes ya era el punto de no retorno. Finalmente, la parálisis comenzó a desaparecer. Todo desapareció en un año", declaró en otra entrevista.
No le preocuparon las secuelas de la operación, el actor recuerda que su pensamiento al salir del quirófano fue: "Quítenme la audición, pero déjenme conservar la cara y simplemente déjenme ser el padre de estos niños". Y así ha sido. Ha podido ver cómo Bella, que tiene 19 años ahora, y Odette, de 17, han crecido hasta ser casi adultas. En el camino también se ha convertido en uno de los actores mejor pagados de Hollywood.