Solo han pasado 23 años desde que se estrenase la película original, que no es que sean pocos, pero el remake 'live action' de Dean Fleischer Camp, Lilo y Stitch cobra vida de nuevo en la gran pantalla este viernes 23 de mayo con la misión de estar a la altura de un filme muy querido y carismático como el original, pero también de ofrecer algo nuevo al tiempo que mantiene su esencia y se atreve a ser tan divertida y caótica.
El escenario para ser un éxito no podría ser más favorable. Por un lado por el enorme cariño que aún le tienen tanto los millennials como la Generación Z que disfrutaron de ella en su día, pero también por el auténtico furor que, desde hace unos años, está causando la franquicia. Comercialmente omnipresente, el personaje es absolutamente reconocible por las generaciones de niños y niñas que nacieron mucho después y que también están deseando ir a verla a los cines.
"Creo que Stitch persiste porque resuena, especialmente con los niños y especialmente en Disney", reflexiona Dean Fleischer Camp en su entrevista con SensaCine con motivo el estreno de la película. "Ven a las Princesas Disney perfectas y dicen: 'Bueno, no soy eso, pero sí soy ese mono peludo y desordenado que destruye todo lo que toca'. Creo que eso resuena y creo que todos pueden identificarse con ello hasta cierto punto". No obstante, reconoce que, como nos pasó a muchos, también quedó sorprendido con el inesperado boom del personaje:
Me sorprende la forma en que la gente es fan de Stitch, incluso algunas personas que ni siquiera han visto la original, o alguna de ellas
El productor Jonathan Eirich, también presente en la entrevista, ya se dio cuenta del inesperado fenómeno en que se había convertido el personaje cuando empezaron a trabajar en el remake: "Cuando estábamos empezando a hablar de hacer esta película y cuando empezamos a buscar director, que afortunadamente encontramos a Dean, estábamos viendo lo mismo: mochilas, peluches y lo que fuera", recuerda. "Parece que estaba teniendo este protagonismo porque es una especie de personaje omnipresente. Y también hay muchos amantes de las mascotas que simplemente lo aman y lo ven como su propio perro travieso o lo que sea. Hay tanto amor por él que luego era solo la cuestión de cómo hacerlo bien".
Así, con una historia tan querida y lo suficientemente reciente y moderna como para no requerir de grandes cambios encima de la mesa, comenzó el proceso de una película en la que había que encontrar un equilibrio perfecto que no era fácil.
Walt Disney Pictures
En el resultado final, el punto de partida es el mismo: por un lado, Lilo, una soñadora y adorable niña pequeña que vive al cuidado de su hermana mayor tras la muerte de sus padres que ansía con todas sus ganas tener un amigo; y por otro, Stitch, un experimento genético de otro planeta diseñado para ser un arma destructora que sale mal y que acaba en la Tierra, concretamente en Hawai, por accidente, donde se convierte en la caótica mascota de Lilo. "Siempre quisimos hacer un remake y no una historia totalmente diferente. Así que eso fue establecido muy temprano", asegura Fleischer Camp sobre el proceso de toma de decisiones.
Siempre hablamos de que el éxito con esta película era que la gente saliera del cine amándola y sin saber realmente qué partes eran del original y cuáles eran nuevas. Y creo que lo logramos
Al final, la forma de hacerlo fue asegurándose que cada paso que daban se hacía tras un proceso de reflexión: "En todo lo que añadíamos, nos examinábamos a nosotros mismos y nos preguntábamos si solo hacíamos esto para ser diferentes, porque eso sería una dirección vacía. O si solo hacíamos esto porque existía en la original, porque eso sería un error igualmente". En definitiva, una cuestión de equilibrio: "Intentamos encontrar cosas que rimaban o que parecían posibles en la película animada, pero siendo novedosos y fieles a los personajes tal como existen en la película de acción real, en lugar de simplemente lo que existía antes".
Espero tener razón en que la gente dirá: 'Oh, es exactamente la misma historia que la original', pero luego empiezan a pensar: 'Espera, pero eso...'. Porque creo que empieza exactamente en el mismo lugar que la original, pero luego es muy diferente al final
Una vez trazada la historia con el equilibrio perfecto, el segundo gran reto de Lilo & Stitch era el visual. Pasar de una animación tradicional 2D a una necesaria combinación entre imágenes de acción real y CGI, puesto que, mientras los personajes humanos son interpretados por actores, varios de los protagonistas, empezando por Stitch, que es la estrella, es un alienígena.
Walt Disney Pictures
"Ese siempre fue el desafío y la oportunidad de esta película: crear algo que se sintiera más real, con vida, con textura y auténtico, como personajes que realmente pudieran vivir en Hawaii. Y profundizar en todas las corrientes emocionales, especialmente en el drama humano, que es lo que siempre pensé que era lo inusual y asombroso de la película original. Que el drama y la mayoría de los personajes son muy realistas y con los pies en la tierra, y hay problemas bastante comunes. No es un cuento de hadas, no son castillos ni princesas", nos explica el cineasta.
Asimismo, el hecho de que la protagonista fuese una niña pequeña, la adorable actriz de 8 años Maia Kealoha, requirió de un esfuerzo extra por parte del equipo para facilitarle el trabajo: "Cuando trabajas con una actriz tan joven, es un desafío crear la suficiente realidad en el set para que tenga algo con lo que actuar, para que todos podamos imaginar dónde estará Stitch y los objetos con los que interactuará", explica el director sin miedo a revelar sus trucos. "Siempre intentamos crear lo máximo posible en vivo frente a las cámaras por todas esas razones. Pero a veces eso significaba que había un titiritero con una increíble marioneta de Stitch, de la que Maya se enamoró por completo e insistió en darle un beso de buenas noches antes de irse a casa todos los días; a veces era su coach actoral, que estaba agachado en una esquina jugando con ella; a veces era un Bulldog francés muy revoltoso llamado Dale que no tenía ningún entrenamiento, pero estaba diseñado para crear caos en el set... Y otras veces era la gente de efectos especiales tirando una botella en el momento exacto en el que Stitch tendrá que tirarla. No había una solución única para todos, pero fue, fue algo en lo que invertimos mucho esfuerzo".
El resultado, un reencuentro de 1 hora y 48 minutos con unos Lilo y Stitch más achuchables que nunca, se perfila como uno de los grandes éxitos de taquilla de este 2025. Llega a los cines este viernes 23 de mayo.
