No hay muchas películas que hayan dejado una huella tan duradera en el mundo del cine como la obra maestra de El bueno, el feo y el malo. En particular, una escena ha sido copiada, imitada o parodiada por infinidad de otras películas y, si aún no la has visto, esta es tu oportunidad.
"El mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Tú cavas", dice Rubio -el personaje de Clint Eastwood- en una de las escenas más recordadas de la cinta y de la historia del séptimo arte.

El bueno, el feo y el malo -titulada originalmente Il Buono, il brutto, il cattivo- gira en torno a tres personajes que persiguen un gran tesoro y que no tienen absolutamente nada en común.Eli Wallach da vida al bandido mexicano Tuco.
Se dice que en algún lugar hay enterrados 200.000 dólares en una caja fuerte. En la época en la que transcurre este spaghetti western -durante la Guerra Civil estadounidense en 1862- esa cantidad representa una fortuna gigantesca. Por supuesto, la búsqueda del dinero no es nada sencilla y los tres protagonistas acaban enfrentándose entre ellos.
En realidad, El bueno, el feo y el malo es la tercera y última parte de la llamada Trilogía del Dólar, aunque funciona como una precuela y los personajes tienen nombres diferentes. A veces también difieren bastante en cuanto a personalidad. Aún así, El bueno, el feo y el malo, La muerte tenía un precio están firmemente ligadas entre sí.
Aunque en su momento la Trilogía del Dólar tuvo una recepción desigual, El bueno, el feo y el malo se ha convertido en una película de culto absoluto. Esto no se debe únicamente al director Sergio Leone y al protagonista Clint Eastwood, sino también al trabajo del director de fotografía John Wayne se había bebido 15 whiskys dobles cuando un periodista le hizo la pregunta equivocada: "Le molestó mucho"
Su escena más imitada durante la historia del entretenimiento es la de los tres bandidos protagonistas enfrentándose en un cementerio. Ahí deciden con sus armas quién se quedará con el dinero. Gracias a la edición, la música y los primeros planos de los rostros, la escena fue tan intensa que pasó a la historia del cine como en Quentin Tarantino.
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