En el año 2001, Julian Schnabel, en la que interpretaba al autor cubano Reinaldo Arenas, era la primera que rodaba en inglés y le abrió de par en par las puertas de Hollywood en un momento en su carrera en el que también estaba arrasando con las películas que hacía en España.
Finalmente el premio fue a parar a No es país para viejos de los hermanos Coen, categoría en la que resultó ganador convirtiéndose también en el primer actor español en ganar un Oscar.
En No es país para viejos, un thriller neowestern sobre un veterano de Vietnam que, tras encontrar un maletín con dos millones de dólares en las inmediaciones de un lugar en el que ha tenido lugar una masacre, acaba siendo perseguido por un peligroso asesino contratado para recuperarlo, Javier Bardem interpretaba a Anton Chigurh, el principal antagonista de la novela de Cormac McCarthy en que se basa el filme y, por tanto, también de la película.
Chigurh es también uno de esos personajes difíciles de olvidar: un asesinato sin compasión que ejecuta su trabajo sin remordimientos y que Javier Bardem interpretó magistralmente. De hecho, además del Oscar, el español ganó un Globo de Oro y el BAFTA por este papel.
Además, la forma en que Javier Bardem se metió en la piel de Anton Chigurh a las órdenes de los hermanos Coen es considerada como una de las representaciones de un psicópatas más realistas jamás vistas en pantalla.
Concretamente el más realista según determinaron el psiquiatra forense Samuel Leistedt y su compañero Paul Linkowski, quienes pasaron tres años viendo 400 películas en busca de las interpretaciones más y menos realistas y publicaron sus conclusiones científicas en un artículo de Journal of Forensic Sciences. Sus diagnósticos fueron evaluados también por un equipo de unos 10 psiquiatras forenses y críticos de cine.
Tal y como publicó la revista Science News tras tener al artículo, representación de un psicópata más aterradoramente realista fue la de Javier Bardem como Anton Chigurh. El diagnóstico que los científicos brindaron al personaje fue de Psicópata primario, clásico/idiopático. "Hace su trabajo y puede dormir sin problemas. En mi práctica he conocido a varias personas así", afirmó Leistedt, quien ha realizado numerosas entrevistas y diagnósticos personas con psicopatía. "Eran así: fríos, inteligentes, sin culpa, sin ansiedad, sin depresión".
Curiosamente, Bardem no creyó que el personaje estuviera hecho para él. Cuando los directores le propusieron el personaje, les dijo: "No conduzco, hablo mal inglés y odio la violencia". "Por eso te llamamos", respondieron ellos. Y como a Bardem le hacía ilusión participar en una película de los hermanos Coen, aceptó. El resto es historia.
