Hay películas que la propia comunidad cinéfila y también en Internet catalogan como cine en mayúsculas casi sin verlas, porque se presentan y se promocionan de una manera que parece grande. Una cualidad épica atronadora que se aprecia en un solo fotograma, y casi demandan que los consideres en los términos más grandes.

Y una de las películas más épicas y monumentales del año por fin se va a poder ver en la comodidad del hogar: Guy Pearce, hace al fin su llegada al formato doméstico a través de las plataformas de alquiler.
Antes de la invasión nazi de Hungría, el arquitecto judío László Tóth era célebre como pionero visionario del estilo Bauhaus. Sin embargo, en 1947 llega a Estados Unidos completamente desamparado, habiendo tenido incluso que dejar atrás en Europa a su esposa Erzsébet y a su sobrina Zsófia.
Las mejores películas de 2024, según SensaCinePero la vida es dura cuando no perteneces a un lugar; lo único que le espera al desarraigado arquitecto brutalista es palear montañas de carbón en la fría Filadelfia. Sin embargo, cuando László lo arriesga todo con la esperanza de dar rienda suelta a su creatividad, llama la atención de un temperamental benefactor millonario dispuesto a darle una oportunidad para materializar su ambiciosa gran visión. El proyecto es todo un reto, y lo que está en juego es más importante que nunca.
Corbet quiso regresar a hacer películas de época tras la desigual recepción de su película Mona Fastvold, intenta explorar su personal visión sobre la creación a través de un arquitecto inmigrante.
'The Brutalist': una visión grande 451e6f
Hay un claro deseo en hacer la historia lo más grande posible a través de las decisiones visuales, rodando en VistaVision para hacer más inmensos los paisajes o escenarios por los que se mueven los personajes. También está su duración, casi tres horas y media incluyendo un interludio de casi 15 minutos que parte la película en dos.
'The Brutalist' merece cada instante de tu tiempo: no era una película fácil, pero el resultado es una obra maestraDos mitades diferentes, pero complementarias, que exudan cine inmenso por todos sus lados. Su magnificencia visual está equiparada a su colección de ideas sobre la propiedad de la obra artística, así como el duro proceso de llevarla a cabo. Es un trabajo exigente, pero también plagado de recompensas, algunas incluso inesperadas.
Puedes ver The Brutalist en alquiler.
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