Fue una de las mejores series de 2023 y hemos tenido que esperar algo más de dos años para disfrutar de su segunda temporada, pero The Last of Us regresó con fuerza el pasado mes de abril para pone patas arriba, y sin piedad, el mundo de sus seguidores. Como mínimo de aquellos que no parten con la ventaja de haber jugado a los videojuegos y no sabían a lo que se enfrentaban. Lo hizo ya desde el segundo episodio, cuando tuvimos que decir adiós a uno de sus queridos protagonistas en una violenta secuencia que promete permanecer en nuestras retinas durante mucho tiempo.
Tras el segundo episodio de la temporada 2 de The Last of Us, la sensación de vacío y de ¿y ahora qué? se extendió entre los fans de forma generalizada, pero, al mismo tiempo, las reacciones fueron muy diferentes de unos a otros. Mientras algunos seguidores se mostraron con el corazón roto y tardaron en asumir la pérdida, otros rápidamente aseguraron que acababan de ver el "mejor episodio de la historia de la televisión".

Sin embargo, el verdadero hándicap para la segunda temporada de The Last of Us sería lo que vendría después: esto es, ser capaces de mantenerse en su punto más álgido tras haber jugado su carta más potente y sostenerse sin contar con uno de sus personajes más queridos y potentes.
Si atendemos a las valoraciones generales de la serie -la segunda temporada tiene un 92% en Rotten Tomatoes, pero muchas de las puntuaciones individuales por episodio de IMDB apenas superan el 6, muy lejos de la media sobresaliente de la primera-, parece que el sentir generalizado es que la serie logra resistir, pero está al nivel de la brillantez de la primera.

Existe cierta decepción en torno a la temporada 2, siendo algunas de sus críticas más extendidas que los seguidores no terminen de comprender la relevancia y papel en la historia de los Lobos y los Serafitas o del personaje de Isaac y su devoción por Abby (Kaitlyn Dever), así como el escepticismo ante una temporada 3 que parece que podría estar centrada en el punto de vista del nuevo personaje.
Con la segunda temporada ya terminada y una tercera en el horizonte que todavía no tiene fecha, si The Last of Us te ha dejado en "modo apocalipsis" no puedes dejar de ver una brillante serie en Fallout, otra perfecta y elogiada adaptación de un videojuego que tiene una puntuación de 94% en Rotten Tomatoes y que es una auténtica fantasía.

Aunque con un tono completamente diferente al de The Last of Us y mucho más gamberra y divertida, la serie de los creadores de Westworld sobre el famoso videojuego de Bethesda nos lleva hasta un mundo distópico en el que una devastadora guerra nuclear en 2077 destruyó por completo Estados Unidos, convirtiéndolo en un páramo desolado. Millones de personas murieron, hogares y calles fueron destruidos, y el otrora vibrante entorno natural se transformó en un desierto sin vida.
Solo unos pocos afortunados sobrevivieron al apocalipsis, tras encontrar refugio en uno de los codiciados búnkeres nucleares durante la catástrofe nuclear, pero, en el exterior de esas extrañas comunidades, hay un inhóspito mundo en el que, vale, no hay muertos vivientes, pero sí monstruos genéticamente mutados, peligrosos criminales y todo tipo de bichos raros que vagan por el páramo radiactivo.
En este escenario, la joven Lucy (Ella Purnell) sale del aparentemente idílico búnker en el que ha vivido toda su vida para buscar a su padre, sin tener ni idea de lo que encontrará en lo que un día fue Los Angeles.
Una serie excepcional con factura visual brillante cuyos siete episodios están al completo en Prime Video.