Lilo & Stitch
Críticas
3,5
Buena
Lilo & Stitch

Un 'live action' que no necesita asumir riesgos

por Alicia P. Ferreirós

El "Renacimiento de Disney" marcó una era dorada para el estudio, con una década de películas que cautivaron al público sin interrupciones. Sin embargo, tras el estreno de El planeta del tesoro, cuya recaudación no logró cubrir su enorme presupuesto de producción— otras películas consiguieron destacarse dentro del panorama incierto. La más notable entre ellas la divertida y carismática Lilo & Stitch, que fue el mayor triunfo de la época, logrando una recaudación impresionante y una nominación al Oscar en la recién creada categoría de Mejor Película de Animación.

Sin embargo, ahora que esta historia regresa en forma de 'live action', la gran pregunta es también su principal reto: si logrará capturar la magia original. A tan solo dos meses del estreno de la anterior apuesta de la compañía por revitalizar sus clásicos en acción real, el escenario de Lilo & Stitch es bastante diferente al de Vaiana, el 'live action' más reciente hasta la fecha. Así, aunque Lilo & Stitch no enfrenta el problema del paso del tiempo, como ocurrió con Blancanieves, pero sí tiene el desafío de igualar la energía de una película que conectó con generaciones enteras y que, en los últimos años, ha resurgido como fenómeno de merchandising.

Para afrontar este reto, el director Dean Fleischer-Camp y los guionistas Chris Kekaniokalani Bright y Mike Van Waes han optado por una estrategia poco arriesgada: mantener intacta la esencia de la historia. Una decisión que plantea el problema de la previsibilidad porque, al fin y al cabo, vuelve a contarnos la misma historia que en su día resultó ser la más exitosa de una etapa que estaba resultando complicada para Disney, pero que tampoco querríamos ver de otra manera: con la importancia de la familia (ohana) por bandera e igualmente gamberra y divertida.

Walt Disney Pictures

En la película, Maia Kealoha, una joven actriz de tan solo ocho años, es la encargada de dar vida a Lilo Pelekai, una niña soñadora de seis años que reside en la hermosa isla de Hawái junto a su hermana mayor, Nani (interpretada por Sydney Agudong). Tras la trágica pérdida de sus padres, Nani asume el rol de tutora legal de Lilo y lucha por salir adelante mientras los servicios sociales siguen de cerca su situación. En medio de estos desafíos, Lilo enfrenta la soledad y anhela tener un amigo con quien compartir su mundo.

Mientras tanto, en un rincón lejano del universo, un científico debe rendir cuentas por su última y peligrosa creación: el Experimento 626, concebido como un arma de destrucción masiva. Sin embargo, la criatura logra escapar de su destino de exilio y termina aterrizando en la Tierra, específicamente en Hawái, donde es acogida en un refugio de animales. Allí, Lilo lo confunde con un perro y decide adoptarlo, bautizándolo con el nombre de Stitch. Aunque nadie tiene certeza sobre su verdadera naturaleza, hay algo innegable: su inclinación por sembrar el caos. Al mismo tiempo, su creador, el Dr. Jumba Jookiba (Billy Magnussen), un especialista en el planeta Tierra, recibe la misión de localizar y recuperar al travieso experimento.

En cuanto a la adaptación visual, el live action se presta bien para una historia protagonizada por humanos, pero la presencia de personajes extraterrestres obliga a la película a recurrir al CGI. ¿El resultado? Un Stitch capaz de conservar el encanto de su versión 2D y una entrañable apariencia más peluda y blandita que invita a abrazarlo fuerte.

En definitiva, Lilo & Stitch (2025) no arriesga demasiado y tampoco revoluciona la fórmula, pero puede atraer a distintas generaciones al cine gracias al cariño que sigue despertando esta historia.

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