París, 1963. Roland, el menor de seis hermanos, nace con una malformación en el pie y un diagnóstico médico que le niega la posibilidad de caminar. Pero su madre, Esther, una mujer tan terca como llena de amor, se niega a aceptar ese destino.
Con una fe inquebrantable y una fuerza arrolladora, desafía a los pronósticos, límites y convenciones, decidida a darle a su hijo una vida plena y feliz. Su lucha será tan salvaje como conmovedora, marcada por la esperanza, la fuerza familiar y el poder del amor de una madre.