El 8 de febrero de 1977, Tony Kiritsis irrumpió en la oficina de Richard Hall, presidente de Meridian Mortgage Company, y lo cogió como rehén en un impactante acto de desesperación. Armado con una escopeta recortada atada a su víctima mediante un cable conectado al gatillo y a su propio cuello, Tony amenazó con disparar si alguien intervenía.
Durante 63 horas, mantuvo a Hall cautivo, atrayendo la atención nacional y desatando un intenso debate sobre la salud mental, el sistema judicial y los límites de la desesperación humana.